En pleno centro de Barcelona, en el barrio del Raval, calle Aurora 11 bis, sigue existiendo el edificio que en su momento albergó el Centre Internacional de Fotografia Barcelona (CIFB). Su fachada, uno de los iconos de la renovación del barrio, luce aún las pinturas de Arranz Bravo y Bartolozzi, restauradas en 1997. El CIFB constituye una experiencia truncada en el proceso de institucionalización de la cultura fotográfica durante la Transición española.
Estudiar hoy esta experiencia, en buena medida mal conocida y olvidada a pesar de su relativa cercanía, debe entenderse desde una doble perspectiva, local y global.